El tercer mundo, entre crisis y curas “forzosas”. pero sorprenden los resultados (los números) de un proyecto de AVSI, que señala un camino
Ciertamente, no faltan estudios sobre las múltiples problemáticas del Tercer Mundo y, en particular, sobre África. Sin embargo, el estudio de la Fundación para la Subsidiariedad, bajo la guía del profesor Carlo Lauro de la Universidad Federico II de Nápoles sobre el impacto del proyecto de AVSI “Our Valuable Children” (“El valor de nuestros niños”) merece que le prestemos atención.
El proyecto OVC, realizado entre 2005 y 2010 con fondos de USAID, la agencia del Gobierno de los EE.UU., se proponía la mejora de la educación, la nutrición y la salud de 14.000 niños huérfanos de los países de África oriental. A menudo estos planes se persiguen con campañas de alfabetización y curas forzosas impuestas desde arriba. El proyecto OVC partía, en cambio, de la convicción de que cada niño es único e irrepetible, de que necesita ser acompañado de manera personal para que tome conciencia de su valor, mediante el contexto comunitario en el que se inserta. Uno de los criterios metodológicos más importantes, en efecto, es no sustituir a los actores protagonistas de las actividades de cooperación.
Mientras que las campañas impuestas desde arriba, con el tiempo, obtienen escasos resultados, el estudio sobre OVC, presentado en el pasado mes de junio en Kampala (Uganda), en Nairobi (Kenia) y en Kigali (Ruanda), ha puesto de manifiesto que una intervención acorde con el principio de subsidiariedad responde plenamente a los objetivos previstos. Algunos ejemplos, tomados del estudio antes mencionado, lo demuestran: el trabajo de AVSI ha permitido al 94% de los niños acudir regularmente al colegio, lograr buenos resultados en sus estudios o no acumular más retrasos en su recorrido escolar; la influencia negativa de los aspectos socio-económicos ha menguado, así como la diferencia entre niñas y niños; las condiciones nutricionales de los niños han mejorado; se ha producido un incremento del número de personas que se han sometido voluntariamente al test para identificar el VIH; más de 27.000 personas se han beneficiado del proyecto; la interacción de la población con el personal de AVSI ha sido fuerte y positiva.
Pero resulta innovadora también la metodología para valorar estos resultados: en lugar de concebirla como un mero control, se pensó como oportunidad para comprobar los aspectos que mejor identifican lo que es un bien para el niño. Además, se han implicado los partners locales (asociaciones, escuelas, entes locales…) en la preparación del cuestionario, en su difusión y en la interpretación de los resultados obtenidos con las más avanzadas técnicas estadísticas.
Hoy, mientras se reducen drásticamente las ayudas al Tercer Mundo debido a la crisis financiera del mundo desarrollado, el proyecto OVC y el estudio realizado muestran que también en este campo el respeto de la persona y el principio de subsidiariedad señalan un camino viable para no abandonar a muchos de los más pobres del mundo a su triste destino.
*Presidente de la Fundación para la Subsidiariedad
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