El pasado 4 de abril, en un Hotel del centro de la Ciudad de México, se celebró un acto con el fin de profundizar en el estado actual de la educación en el país y exponer la propuesta educativa de Giussani, con ocasión de la primera edición mexicana de Educar es un riesgo, a cargo de la Editorial Almadía de Oaxaca. En el acto, que tuvo también como objetivo la puesta en marcha de la campaña Tiempo de educar, intervino el Nuncio Apostólico, mons. Giuseppe Bertello
«Considero que la propuesta educativa de don Giussani es muy importante para las instituciones educativas de nuestra organización, porque su llamado a valorar la tradición ayuda a tomar conciencia de la riqueza que cada carisma tiene. Aquí hay representantes de escuelas de los lasallistas, de los franciscanos, de los salesianos y muchos otros más. En la mayoría de los casos nos hemos olvidado de la riqueza de nuestros carismas. La propuesta de Giussani nos ayuda a volver a tomar conciencia de esta riqueza y a ponerla de nuevo en la base de nuestra acción educativa». Estamos en un Hotel del centro de la Ciudad de México, en el que se acaba de llevar a cabo un encuentro bajo el lema Tiempo de Educar. Quien habla es el doctor José Manuel Velasco Arzac, Presidente de la CNEP (Confederación Nacional de Escuelas Particulares), una organización que agrupa más de cinco mil escuelas de enseñanza privada a lo largo de todo México.
Desde todos los rincones
El encuentro, en el que participan más de 170 representantes de casi sesenta escuelas de todo el país, ha nacido de la amistad entre el Dr. Velasco Arzac y Giampiero Aquila, vicepresidente de la CNEP, que ha permitido un acercamiento con la propuesta educativa de don Luigi Giussani y ha despertado en ambos el deseo de compartir esta propuesta con los institutos educativos y las asociaciones que componen la CNEP.
Así, el pasado 4 de abril se dedicó toda una mañana a profundizar sobre la situación educativa en México y a exponer la propuesta educativa de Giussani que se resume en el libro Educar es un riesgo, recién editado por primera vez en México por la Editorial Almadía de Oaxaca. Entre los asistentes, además de los directores de varias escuelas de todo el país, estuvieron Pablo Muñoz y Rojas en representación del Secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza, mons. Giuseppe Bertello, Nuncio Apostólico en México, el padre Julián de la Morena, responsable de CL, Sor Alba Rosalía Arreaga, Presidenta de la Confederación de Educación Católica de Ecuador y Guillermo Quijas Orza López, de la Editorial Almadía.
Educar en la responsabilidad
Luis Benavides Ilizaliturri, presidente de la CIPAE (Centro Internacional de Prospectivas de Altos Estudios) dictó la conferencia inicial presentando la realidad educativa de México, caracterizada en primer lugar por una reducción de la educación a mera escolaridad, a introducción al trabajo y a educación en la competitividad. Benavides insistió sobre la necesidad y la urgencia de un proceso de humanización de la educación que ayude a formar el sentido de responsabilidad. En México hay todavía amplias capas de la población que viven en pobreza y a veces en pobreza extrema; sin embargo –enfatizó el ponente– no sólo existe la pobreza material, sino otra más grave que es la pobreza humana, la destrucción de la persona y del tejido familiar y social. Para ello es necesaria una educación que rescate la persona, el tejido familiar y social desde las escuelas.
Los ejes de la propuesta
La segunda ponencia, a cargo de Amedeo Orlandini Zanni, Director de la Escuela de Filosofía del Instituto Superior de Estudios Eclesiásticos (ISEE), presentó los puntos sobresalientes de la propuesta educativa de Giussani. Una propuesta que no ha nacido de un escritorio, sino de la experiencia educativa del mismo autor con miles de jóvenes a lo largo de más de cincuenta años de enseñanza. Giussani define la educación como «introducción a la realidad y a la realidad total». Los ejes de esta propuesta son la importancia del pasado, de la tradición en la que cada hombre vive desde que entra en el mundo; la necesidad de una experiencia adulta presente, una autoridad, que transmita a los educandos esta tradición dando las razones de ella y ofreciéndola como hipótesis de significado y, finalmente, la culminación de todo el proceso que consiste en crear en el educando la capacidad crítica: tratar de verificar si la propuesta recibida es adecuada o no a las exigencias del propio corazón. Orlandini concluyó observando que «hay dos palabras que recorren toda la propuesta educativa de Giussani y que, a mi parecer, la vuelven sugestivamente original e imprescindible para nuestra circunstancia actual: corazón y libertad.
Corazón indica que el criterio para juzgarlo todo está dentro del ser humano y que toda “autoridad” (padres, maestros, amigos, etc.) sólo es verdadera en cuanto que ayuda al joven a tomar conciencia de este corazón suyo y a usarlo como criterio de juicio.
Libertad indica que nadie más que el educando puede hacer este camino de juicio y verificación y adherirse al valor que reconoce. Ninguna autoridad, si de verdad es fiel a su vocación de “hacer crecer”, puede sustituir al educando en este camino».
Manifiesto sobre la educación
Giampiero Aquila, como síntesis del encuentro, leyó un texto que propuso se convirtiera en “Manifiesto sobre la Educación” y en instrumento para una propuesta abierta a toda la sociedad (véase apartado en p. 35). Sobre este texto hubo una amplia discusión que ha permitido enriquecer el contenido. Al final, se dio la aprobación al Manifiesto que lleva por título “Si hubiera una educación del pueblo, todos estaríamos mejor”.
Como conclusión del evento, Pablo Muñoz y Rojas en representación del Secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza, transmitió los saludos del Sr. Secretario y alentó a los presentes a seguir en esta tarea tan importante.
Una brújula para educadores
Mons. Giuseppe Bertello, Nuncio Apostólico en México, expresó su apoyo a la iniciativa diciendo, entre otras cosas: «Quiero felicitar a los organizadores de la campaña por la educación, que tiene como texto guía el libro Educar es un riesgo de monseñor Luigi Giussani, que acaba de publicarse en México. Don Giussani fue un padre y un maestro para muchas generaciones, como dijo el entonces cardenal Ratzinger en el funeral que celebró en Milán el 24 de febrero de 2005. Educar la persona es pues una relación amorosa y crítica al mismo tiempo hacia las cosas y hacia los hombres. Y este proceso dura toda la vida e implica sobre todo la conciencia de que la vida tiene sentido. Educar es un riesgo es un gran manifiesto contra la educación autoritaria y posesiva, y una brújula para los maestros y familias de México para que puedan favorecer el crecimiento responsable en tantos jóvenes mexicanos. Promover la educación es primordial, y que ésta sea una buena educación es fundamental para México y también para la Iglesia».
Ingenuamente atrevidos
Al final del encuentro, en una entrevista, el padre Julián de la Morena, hablando de su experiencia en Comunión y Liberación y de la experiencia educativa que de ello se desprende, afirmó: «Nosotros somos una realidad pequeña como número en un país tan grande como México; sin embargo, la grandeza de lo que hemos recibido de don Giussani y la atención a lo que pasa a nuestro alrededor, nos hace atrevidos, ingenuamente atrevidos, y nos empuja a proponer a todos lo que hemos recibido, esta pasión por el hombre que hemos aprendido de don Giussani».
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LAS PALABRAS DEL NUNCIO
Quiero felicitar por esta iniciativa a la Federación de Centros de Enseñanza Privada y a los organizadores de la campaña por la educación en México que tiene como texto guía el libro de monseñor Luigi Giussani, Educar es un riesgo, que acaba de publicarse en México. Promover la educación y que esta sea “una buena” educación es fundamental para México y para la Iglesia. A través de la obra educativa, Dios nos llama a colaborar con su acción. El educador es sin duda él más grande imitador de Dios, como le gustaba decir a don Giussani. ¿Qué entendía don Giussani por educación? Educar era para él ayudar a la persona a madurar la autoconciencia de las exigencias fundamentales del hombre: exigencias de verdad, de bien, de felicidad, de justicia. En este sentido se comprende la definición con la que comienza el libro antes mencionado y tomada de Jungmann: «Educar es introducir en la realidad total».
Don Giussani ha sido un padre y maestro para muchas generaciones, como dijo el entonces cardenal Ratzinger, ahora Papa Benedicto XVI, en el funeral que presidió en la catedral del Milán el 24 de febrero de 2005.
Educar a la persona es pues una relación amorosa y critica al mismo tiempo hacia las cosas y hacia los hombres. Y este proceso dura toda la vida e implica sobre todo la conciencia de que la vida tiene sentido. Educar es un riesgo es un gran manifiesto contra la educación autoritaria y posesiva, y una brújula para los maestros y familias de México para que puedan favorecer el crecimiento responsable en tantos jóvenes mexicanos.
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