Huellas N.5, Mayo 2006

CULTURA Dante en Milán

Del salón a las plazas

Andrea Nembrini

Todo comenzó hace cinco años, en el pequeño salón de casa. Nuestro padre volvía de un viaje procedente de algún rincón perdido de Italia, a donde había ido para tener el enésimo encuentro sobre Dante. Recuerdo que uno de nosotros, después de haberle observado un rato, le dijo: «Viajas por todo el mundo explicando a Dante y a nosotros, que somos tus hijos, no nos lo has explicado». Y enseguida, la respuesta: «Vale, esta tarde empezamos». Así empezó todo, con cuatro chicos en torno a una mesa que sacrificaban la tarde del domingo para escuchar la lectura y el comentario al primer canto del Infierno. Pero nadie podía prever a dónde nos llevaría todo esto. Al domingo siguiente éramos diez: nosotros, los hijos, y algunos amigos, y leímos el segundo canto. La vez siguiente éramos veinte, y así durante meses y meses, cada domingo por la tarde. Cada vez acudían más amigos, avisados por el boca a boca, lo cual nos obligó a cambiar de sitio: primero en los bajos de casa, luego en la casa de un amigo que era más grande, después en un colegio cercano, con el fin de dar cabida a unas cien personas, estudiantes de bachillerato y de universidad, para lo que era ya una cita fija. Dante, pero no sólo. El verdadero protagonista de aquellas tardes era la belleza: desde la literatura a la música, de la comida al arte. Invitábamos a amigos profesores, a periodistas. A partir del éxito de las “tardes de domingo”, la idea de “Dante para las amas de casa”: porque las madres, que se habían enterado del tema, pidieron con insistencia que también ellas pudieran escuchar a Dante leído de aquel modo. De allí nació un ciclo de conferencias a cargo del profesor Nembrini en Bérgamo; no conferencias académicas, sino encuentros capaces de restituir al poeta florentino a su legítimo propietario: el pueblo. A estos veladas invitábamos también a nuevos amigos, especialmente a nuestros compañeros de universidad. De la amistad con ellos y del común amor por la Divina Comedia nació la idea de “Centocanti”, Los Cien cantos: una asociación cuya finalidad es proponer la Comedia de forma viva, nueva y fascinante. La asociación tiene tres proyectos entre manos: 1) la constitución de una Divina Comedia viviente, compuesta por cien jóvenes que aprenden de memoria un canto cada uno; 2) la propuesta de lecturae dantis por colegios, centros culturales, ayuntamientos, happenings por toda Italia; y 3) la preparación de eventos sobre Dante de gran envergadura, en colaboración con el museo dedicado a Dante en Rávena.
La gran adhesión a estos proyectos nos permitió llevar a término gran parte de nuestros propósitos, cuyo momento culminante fue la jornada titulada “Cien cantos por Milán”.