Los bachilleres españoles se dieron cita en Chueca para sus Ejercicios anuales. A tema la frase de santo Tomás: «La vida del hombre consiste en el afecto que principalmente le sostiene». Se puede volver a nacer a los 15 años, ¡y a los 40!
Ojalá nunca nos acostumbremos a los milagros que suceden entre nosotros. Porque es un milagro que cien chavales, de entre 15 y 18 años, pasen tres días de sus vacaciones buscando el rostro de Cristo. Y es un milagro que se encuentren con Él. Da igual tener 15 años, 27 ó 40, el Misterio no hace distinciones, utiliza los mismos gestos, las mismas palabras, el mismo abrazo para darse a conocer, cautivando el corazón y haciendo renacer la alegría.
El itinerario propuesto
Recorramos, de la mano de algunos bachilleres de Barcelona, el itinerario que nos propuso Pepe Botello.
«1. Pepe habló del recorrido que había que hacer para amar el propio Destino, y para vivir nuestra vida con una conciencia atenta, tierna y apasionada, para no levantarnos un día y pensar: ¿dónde está la vida que he perdido viviendo?
2. Para poder amar bien el propio Destino, primero uno debe sentirse amado y pertenecer a un lugar donde uno encuentra la compañía que le recuerda para qué vive y le acompaña en este camino. Sin embargo, hay que responder a otra pregunta: ¿quién cumple la vida, ahora y siempre? ¿Quién coincide con lo que soy, con mi deseo de plenitud? He aquí el encuentro con un amigo que siempre está allí, que nos ama por encima de todas las cosas: Cristo. Él se manifiesta en la realidad.
3. El encuentro con Cristo se da a través de rostros concretos, que son la compañía que permite que esto permanezca en el tiempo. Uno necesita tener a otro a quien mirar, y uno que camine a su lado».
La dinámica de la vida
La sencillez de tres puntos que despiertan la vida de su letargo y la ponen en marcha, con el deseo de encontrar a Aquel que nos ama a través de esta compañía. Sencillez, claridad y expectación; la de todos los chicos que venían por primera vez (más de veinte), la de los que ya llevan unos años haciendo este camino y no quieren perderse nada y así, apuntan –como Laura y Rocío, de Parla– todas las frases que les llaman la atención, para después compartirlas con sus amigos, con todos nosotros: «La verdad es que en estos Ejercicios hay que resaltar frases muy importantes: “Tus deseos son tuyos, su cumplimiento no”. Pantani decía tras haber ganado el Tour: “Lo gano todo y aun así estoy triste”, esto ocurre porque la medida de nuestro corazón no te la das tú sino que te la da Otro. Aquello que hace que nosotras amemos la vida del otro es que hemos sido amados y esta es la dinámica del cristianismo, la dinámica de la vida».
Palabras y gestos
«Pero lo que sí nos gustaría resaltar es una de las frases con la que nos hemos sentido más identificadas: “Damos la vida y no nos damos cuenta”. Relacionamos esta frase con nuestra experiencia vivida en la caritativa y en el movimiento infantil, cómo nosotras, que nos consideramos tan insignificantes, podemos dar tanto sin ser conscientes de por qué lo hacemos. Nosotras amamos a nuestros amigos porque hemos sido cuidadas y se nos ha mirado de un modo extraordinario, son unas miradas con nombres concretos, miradas a las que les importa nuestra vida, miradas y rostros que tienen un gusto por su vida, por lo que hacen, y eso nos hace reconocer que hay Otro más grande que todo lo puede.
En la asamblea se decía una cosa tan sencilla pero a la vez tan llena de significado que merece la pena mencionarla: “Vence aquel que abraza más fuerte”, “Dios mío, tú abrazas más fuerte de lo que puedo resistir”. “Yo me he movido por lo que he visto de mí en los ojos de aquel que me miraba”». Continúan explicando estas amigas de Parla: «También se nos decía que estos días se nos dan para nuestra conversión, con el silencio (tener el corazón lleno de las cosas importantes), la liturgia (lluvia que empapa la tierra árida de nuestro corazón), con los cantos (belleza de un pueblo) y con la puntualidad (amor a otro)».
Es otro el que te ayuda y te recupera
Para todos los que obedecieron con sencillez estos gestos, para todos los que miraron y se dejaron mirar, como Juan y Andrés, las vacaciones y el resto del año empezaron a cobrar una nueva perspectiva. Así lo testimonian nuestros amigos barceloneses: «Todos nos hemos dado cuenta de que en los Ejercicios y, en general, en la Iglesia, se nos presenta una provocación que nos despierta, y, cuando vemos alguien que está más despierto y que nos ayuda a vivir mejor, hay que adherirse y seguirle. Esto es lo que hace que una de las chicas de nuestro colegio llame durante la semana a otra pidiendo que la acoja en su casa para poder estar con ella y con los profesores, y, de este modo, pasar la Semana Santa viviendo de un modo más verdadero, en vez de pasarla delante de la televisión, aburrida y sabiendo que lo que hace no se corresponde con lo que ella es. Y en este ejemplo vemos otro punto importante: pedir. Nosotros, por la educación recibida y el mundo en que vivimos, estamos acostumbrados a intentar hacer las cosas por nosotros mismos, y uno no se hace a sí mismo, sino que siempre es otro el que te ayuda y te recupera. Por lo tanto, hay que pedir ayuda, porque si no, uno se descubre solo ante la dificultad».
Un trabajo para crecer
«También hemos visto que nuestra sensibilidad, nuestra apetencia no es un criterio para vivir, ya que no se corresponde con la profundidad del corazón. Decía un chico que no le gustaba tener que tomar apuntes y hacer un trabajo personal después, y no lo hizo. Al volver, se dio cuenta de que todo había empezado a decaer. Por lo tanto, es importante fiarse de uno que vive mejor que tú –en los Ejercicios, por ejemplo, de los responsables, aunque a veces lo que te digan no te guste o pienses que no va a servir de nada–. Por último, hemos empezado a ver la importancia de la oración. No sólo como momento para pedir y agradecer, sino también como el lugar donde uno se relaciona con el Misterio, y día a día se familiariza con Él; como el lugar donde uno recuerda las razones de su vivir, porque rezando, aunque uno esté solo físicamente, es donde se encuentra la compañía de tus amigos. Y ha sido importante en esta Semana Santa, ya que muchos se han ido de vacaciones y se han encontrado en lugares donde el ambiente no favorecía escuchar sus deseos. Sin embargo, Cristo es todo en todo, y el hecho de estar solo físicamente no impide la relación con Él, al contrario: te permite hacer un trabajo que te hace crecer».
Crecer y desear seguir creciendo, para seguir siendo siempre joven, para aprender siempre, para vivir aquí en la tierra el ciento por uno.
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