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Huellas N.4, Abril 2005

DON GIUSSANI Esa fiebre de vida que nos ha arrastrado a todos a Cristo

In memoriam...

Algunos mensajes enviados a CL con ocasión del fallecimiento de don Giussani

¡Paz y bien! Acabo de recibir la noticia de la desaparición de don Giussani. Deseo expresar en mi nombre y en el de toda la Custodia mis condolencias a todos los amigos del movimiento. Con don Giussani desaparece una de las figuras más eminentes de la Iglesia italiana de estos últimos decenios. Estamos unidos en Cristo.
Padre Pierbattista Pizzaballa ofm, custodio de Tierra Santa

Rev. Padre [don Julián Carrón], la noticia de la muerte de monseñor Luigi Giussani me ha conmovido. Yo no le conocía en persona, pero tengo una idea de sus escritos y he conocido el trabajo de sus hijos. Quisiera expresar mi estima por el amor de este celoso y generoso ministro de Dios por la Iglesia, su intuitiva y profunda atención a las necesidades del hombre contemporáneo, su presentación de la fe en un diálogo valiente, la alegría que ha traído a muchísima gente, el sentido de la vida y del compromiso en una cultura que padece, especialmente en el primer mundo, una pérdida del sentido y de los valores, la coherencia entre el mensaje y la vida de su portador, que en un ejemplar testimonio de vida se ha mostrado muy fecunda al implicar a tantos fieles. En nuestro tiempo, al igual que las grandes figuras de nuestra Iglesia, don Giussani no solo ha reconciliado, sino que ha enriquecido la relación entre fe y razón.
Mons. Jean Sleiman ocd, arzobispo de los Latinos de Bagdad

Rev. padre Carrón, quiero expresarle a usted y a todos los miembros de “Comunión y Liberación” mis sentimientos de condolencia y los de este Pontificio Consejo para la promoción de la unidad de los cristianos, por la muerte de don Luigi Giussani, guía espiritual de una multitud de jóvenes. Nos unimos a todos vosotros para dar gracias a Dios por el testimonio evangélico ofrecido por don Giussani y para invocar para él el reposo de los justos en el reino de Dios. Desde los comienzos de Gioventù Studentesca hasta la expansión que el movimiento ha experimentado, bajo su inspiración, dando lugar a una multiplicidad de iniciativas enormemente educativas, durante más de medio siglo, don Giussani ha ejercido una influencia sólida en la afirmación de los principios cristianos en la sociedad. Me produce alegría poner de manifiesto que, en su perspectiva, ha puesto también en evidencia el compromiso por la búsqueda de la plena unidad de los cristianos como dimensión de la vida cristiana. Recordándolo ante el Señor, quisiera expresar también el deseo de que su intuición siga inspirando a multitud de jóvenes para dirigirlos por el camino de Dios.
Card. Walter Kasper, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad entre los cristianos

Rev. padre Carrón, recibida la triste noticia de la desaparición de monseñor Luigi Giussani, deseo, en mi nombre y en el de toda la Archidiócesis de Turín, expresarle a usted y a todos los miembros de Comunión y Liberación mi cercanía de afecto y de oración por este luto que afecta no solo a vuestra comunidad, sino a la Iglesia universal. Desde los primeros años de mi sacerdocio he conocido el ardor evangélico de don Giussani, cuando comenzaba su apostolado con Gioventù Studentesca, y he admirado siempre su fe profunda, su vastísima cultura y el gran entusiasmo que ha sabido transmitir a generaciones de jóvenes, que han elegido el camino del seguimiento de Cristo con convicción y gran espíritu misionero. Doy gracias al Señor por el don que monseñor Giussani ha sido para la Iglesia.
Card. Severino Poletto, arzobispo de Turín

En don Giussani vemos justamente al amigo de Jesús, al que siempre ha acompañado con el corazón y con la mente en las interminables peregrinaciones del Verbo Encarnado en nuestro tiempo. He admirado sobre todo en él esta amistad con Cristo, testimoniada ininterrumpidamente desde los años de su juventud; y, después, en los años de la madurez, este encuentro con la Verdad se ha convertido en un compartir el conocimiento y amor cristiano con sus hijos e hijas espirituales. Me siento cercano especialmente a todos los sacerdotes de la familia espiritual de don Giussani, en este momento de alegría y de dolor, de luz y de esperanza, por toda la herencia espiritual que él os deja también a vosotros, que sois la prolongación sacramental de Cristo sumo y eterno Sacerdote, como lo es don Giussani, al que tanto amáis. La fecha de su partida no es casual, sino providencial: el día de la Fiesta de la Cátedra de san Pedro señala la particular fidelidad que ha marcado todo el ministerio y el compromiso de don Giussani, y que se manifiesta a los ojos de la Iglesia en su adhesión afectiva y efectiva a la Roca de Pedro, en su amor y su amistad por el Vicario de Cristo y en su infatigable testimonio de comunión con el Sucesor de Pedro. El día de su muerte será sobre todo para vosotros, sacerdotes, y para todo el movimiento de Comunión y Liberación, una fecha anclada a la Roca como anclado a la Roca ha permanecido siempre don Giussani. Estoy agradecido a la divina providencia por haber conocido, hace muchos años, los escritos de don Giussani que me han abierto horizontes nuevos de pensamiento, y que hoy me siguen siendo de gran provecho. Permanezco unido a vosotros en la oración y en las celebraciones del Santo Sacrificio, en este Año de la Eucaristía que estamos celebrando y que nuestro amado don Giussani va a festejar en la casa misma de la eternidad. Devotísimo en Cristo
Card. Darío Castrillón Hoyos, prefecto de la Congregación para el Clero

Rev. don Julián Carrón, con profunda conmoción he recibido la noticia de la muerte del querido don Giussani, al que he podido conocer y apreciar como sacerdote de fe sólida, cuyo gran trabajo por la Iglesia y por la sociedad todos reconocemos. Comunión y Liberación, por él fundado, será una página de amor y solidaridad en el corazón de la Iglesia.
Card. Alfonso López Trujillo, presidente del Pontificio Consejo para la Familia

Querido señor Carrascosa, en esta dolorosa circunstancia me he dado cuenta de que la vida de don Giussani ha estado “llena” de aquella plenitud de la que habla Jesús en el Evangelio y que es Jesús mismo; ¡en ella ha consistido el secreto de su irradiación! Por eso doy gracias al Señor por este don concedido a la Iglesia y al mundo, y lo encomiendo a la Virgen, que es la «seguridad de nuestra esperanza», como a él le gustaba decir, con el deseo de que su herencia espiritual siga produciendo abundantes frutos de santidad en el pueblo cristiano.
Mons. Pietro Parolin, subsecretario para las Relaciones con los Estados

De forma sincera y espontánea ha brotado en mi corazón un canto de alabanza: «Doy gracias al Señor de todo corazón, en compañía de los rectos, en la asamblea» (Sal 110, 1). En la fiesta litúrgica de la Cátedra de san Pedro Apóstol esa cátedra que él amó y sirvió con todo el corazón concluye la aventura humana de don Luigi, que «vuelve a casa» para contemplar esa Presencia que él buscó con tenaz intensidad, después de un itinerario espiritual y humano intensísimo. La verdad se conoce a través de la Belleza en la que se refleja y se manifiesta. Este ha sido el método misionero y educativo seguido por mons. Luigi Giussani. Hablar de la belleza del evento cristiano, y hacer que sea reconocida inmediatamente, es posible sólo para aquellos que consiguen comunicar con la palabra y con la vida el acontecimiento cristiano. Las suyas no han sido palabras vacías e incoloras. Las ha colmado de autenticidad, permaneciendo fiel y coherente a lo que anunciaba a los muchos jóvenes que le seguían. Don Luigi fue “Padre” de la Palabra viva porque fue “discípulo fiel” del Verbo eterno. Pero permanece también para nosotros como un icono de la fidelidad a la Iglesia y al Papa, consciente de que no puede existir verdadera evangelización sin una obediencia real y efectiva al Vicario de Cristo. No fue solo la existencia de don Luigi la que se caracterizó por una completa fidelidad al Papa, sino que quiso que también el movimiento eclesial, nacido por voluntad de Dios gracias a su persona, se desarrollase en la dimensión petrina, que es la auténtica eclesiología de comunión. Queridos padre Julián y amigos todos de Comunión y Liberación, que mons. Giussani, que bendice ahora, desde el Cielo, a toda la Iglesia, os acompañe, con una eficacia todavía mayor, a todos vosotros y a las miles de personas reunidas en estos años, en todo el mundo, por su palabra y por su enseñanza. ¡Cuántas personas se han acercado a la fuente del Evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios, gracias a vosotros, y a muchos otros ligados al movimiento de Comunión y Liberación, enviados por don Giussani por todo el mundo a encontrarse con aquellos que no conocían todavía a Cristo! ¡Cuántos misioneros nuevos ligados a Comunión y Liberación, tanto laicos como consagrados, han fecundado con su presencia las tierras de todas las latitudes del mundo! Que hoy sea un día de acción de gracias. Queremos dar las “gracias” también a María Santísima, «fuente viva de esperanza», por el don extraordinario de don Luigi. Amad a la Iglesia y amaréis a don Luigi. Amad a don Luigi y amaréis a la Iglesia.
Card. Crescenzio Sepe, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos

Recibida la noticia de la muerte de monseñor Luigi Giussani deseo expresarle a usted, a sus colaboradores y a todo el movimiento de Comunión y Liberación viva participación en el luto por la grave pérdida de este celoso ministro del altar. Recordando su luminosa figura de maestro sabio y sacerdote generoso que supo testimoniar valerosamente su fe en Cristo afanándose incansablemente por la difusión del anuncio evangélico, especialmente en el mundo de la enseñanza, lo encomiendo a la bondad del Señor para que le reciba en el Reino de los bienaventurados mientras invoco copiosos consuelos celestiales sobre cuantos lloran a tan insigne hombre de Iglesia.
Mons. Leonardo Sandri, sustituto de la Secretaría de Estado Vaticano

He recibido con dolor la noticia de la muerte de monseñor Luigi Giussani, fundador de Comunión y Liberación, recordando su testimonio transparente de fe en Cristo y de vida enteramente gastada para difusión del Evangelio en el mundo actual. Espiritualmente unido a la liturgia de sufragio expreso al movimiento de Comunión y Liberación el más sentido pésame invocando para monseñor Giussani paz y alegría en la liturgia del cielo en la luz de las supremas certezas de la fe.
Card. Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los Obispos

Expresamos el más sentido pésame por la desaparición de mons. Luigi Giussani, fundador de Comunión y Liberación, movimiento que enriquece con su presencia la vida de la Iglesia en Italia y en el mundo. Recordamos con particular gratitud la enseñanza y el testimonio ofrecido por el sacerdote que ha sabido proponer una experiencia de fe capaz de interpelar al hombre contemporáneo para un encuentro vital con Cristo y con la Iglesia y de entrar en un diálogo con las culturas más diversas. Fundamentalmente su contribución a la formación de un laicado maduro, responsable, profundamente enraizado en la fe católica, comprometido en la construcción de una sociedad auténticamente humana y solidaria. Agradecidos al Señor por cuando ha donado a la Iglesia a través de la vida y la obra de mons. Giussani confiamos al recuerdo y a la oración de las comunidades cristianas su encuentro con el Padre celestial.
Card. Camillo Ruini, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana; Giuseppe Betori, secretario general

Monseñor Giussani, ahora ya en la bienaventuranza del abrazo de Cristo, deja a la Iglesia de nuestro tiempo una herencia espiritual: su empeño en hacer llegar al hombre de nuestro tiempo, tantas veces confuso y en dificultades, la convincente propuesta de Cristo como evento de salvación y de liberación para todos aquellos que desean y quieren dirigir su propia vida por el camino de la verdad y de la esperanza. Aprovecho la ocasión para renovarle a usted y a todos los seguidores de Comunión y Liberación mi estima y mi afectuosa cercanía.
Card. Renato Raffaele Martino, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz

He tenido ocasión de conocer a monseñor Giussani personalmente, a través de sus escritos y, sobre todo, a través del testimonio de muchas personas militantes de Comunión y Liberación: de todo ello he obtenido un beneficio espiritual que, en el tiempo, ha sostenido y animado mi ministerio sacerdotal y episcopal.
Mons. Giampaolo Crepaldi, secretario del Pontificio Consejo Justicia y Paz

Rev. don Carrón: En el momento del dolor por la distancia de aquel que ha sido padre y maestro en la fe de cuantos en el encuentro con la experiencia de Comunión y Liberación han madurado la plena adhesión a Cristo, deseo hacerle llegar a usted y a todo el movimiento la expresión de mi profunda cercanía personal y la del Pontificio Consejo para los Laicos. Poderoso testigo de Cristo para los hombres de nuestro tiempo, don Luigi Giussani ha gastado toda su existencia para afirmar con pasión a Jesús de Nazaret, muerto y resucitado, como acontecimiento presente en la historia del mundo y cuyo signo visible es la comunión de la Iglesia. Siempre animado por el amor filial por la Iglesia y por el Sucesor de Pedro, él ha educado a generaciones de jóvenes en la conciencia de que sólo en Cristo el hombre y la humanidad son más verdaderamente humanos, mostrando toda la racionabilidad de la fe que mueve la libertad de la persona a la adhesión al hecho cristiano, advertido como única respuesta que corresponde a las exigencias del corazón humano. En la acción de gracias a Dios por el don de su persona y de sus enseñanzas, deseamos expresar sentimientos de viva gratitud por la benevolencia con la que don Luigi Giussani ha acompañado siempre el trabajo de nuestro Dicasterio, desde el reconocimiento de la Fraternidad de Comunión y Liberación y después de la Asociación Laical “Memores Domini”. Él veía en esta obra de discernimiento un servicio precioso a los movimientos eclesiales, a los que amaba indistintamente, reconociendo en ellos –haciéndose con ello eco vigoroso del magisterio del Papa– un don particular del Espíritu a la Iglesia de nuestro tiempo. Consultor del Pontificio Consejo para los Laicos, nunca dejó de aportar la contribución de su lúcido y autorizado pensamiento a los estudios y a las iniciativas del Dicasterio. Un empeño al que ha permanecido fiel hasta el final: se remonta al mes de noviembre la preciosa reflexión enviada por él a la vigésimo primera Asamblea plenaria del Consejo, dedicada al tema de la parroquia. Ahora que él contempla aquella Presencia y aquel Misterio que han constituido la esencia misma de su vida, confiamos al Señor mediante la intercesión de María, «fuente viva de esperanza», a los hijos e hijas espirituales de don Luigi Giussani, pidiendo para que la conciencia de paternidad que se les ha dado en su persona produzca constantemente en sus vidas frutos de santidad y de comunión. Que puedan caminar siempre tras sus pasos, para testimoniar en el mundo a Cristo mendigo del corazón del hombre. Quiera Dios acoger a su siervo obediente y fiel en la morada eterna reservada a los justos, y le dé la Paz. Unido en la oración,
Mons. Josef Clemens, secretario, y Card. Stanislaw Rylko, presidente del Pontificio Consejo para los Laicos

Todos recordamos su infatigable empeño durante largos años al servicio de la Iglesia. Tuve ocasión de reunirme con él algunas veces en Roma y siempre tuve la impresión de un sacerdote excepcional lleno de Dios y de amor por los hermanos. Así es como le recuerdo. Ahora pido al Señor que le reciba en el Paraíso y le conceda gozar por toda la eternidad, junto con todos los Santos, de la visión de Su Rostro Misericordioso.
Mons. Edward Nowak, secretario de la Congregación para las Causas de los Santos

Rev. padre Carrón: Con tristeza recibo la noticia de la desaparición del mons. Luigi Giussani, maestro de fe y de vida para muchísimos jóvenes que a través de su enseñanza han aprendido a amar al Señor y a servir a la Iglesia. Al asegurarles mi oración de sufragio por el querido difunto, hago llegar la expresión de mi pésame a cuantos lloran su muerte en la certeza cristiana de la resurrección.
Mons. J. Michael Miller, csb, secretario de la Congregación para la Educación católica

En nombre Pontificio Consejo de las Comunicaciones sociales y Pontificia Academia de la Inmaculada Concepción aseguramos cordial participación con oraciones y grato recuerdo en el dolor por la muerte del siervo de Dios don Luigi Giussani.
Card. Andrea Deskur, presidente, mons. Giacomo Martinelli, delegado

Aunque no le he conocido personalmente, he podido constatar con alegría los frutos copiosos de su apostolado a través de sus muchos hijos espirituales, a los que monseñor Giussani ha enseñado a mirar el mundo con los ojos de Jesús. En la seguridad de que todos nosotros tenemos ahora un precioso intercesor en el cielo, le pido al Señor que bendiga a cuantos trabajan en Comunión y Liberación y que les ayude a corresponder cada vez mejor a la vocación cristiana en los distintos campos de vida y de trabajo.
Card. Jean-Louis Tauran

Expreso mi profundo dolor y participación por el piadoso tránsito de don Giussani, testigo de la fe y profeta de nuestro tiempo. Pido por los jóvenes y por todo el movimiento para que el Espíritu siga animándoos para la nueva evangelización. Con afecto.
Card. Tarcisio Bertone

Rev. padre Carrón: Quiero asegurarle en este momento de dolor la cercanía solidaria de mi persona y de toda la universidad Lateranense. El llorado mons. Giussani ha sido en los tiempos actuales un verdadero apologeta de la fe cristiana y de la verdad de la Iglesia. El inmenso patrimonio de recursos humanos y espirituales que este gran hombre deja constituyen una magnífica realidad. Mientras aseguro la oración de sufragio por mons. Giussani, estoy seguro de que permaneceremos unidos en la suplicante certeza de Cristo resucitado.
Mons. Rino Fisichella, obispo auxiliar de Roma

Con ánimo fraterno y agradecido, me uno a los amigos de Comunión y Liberación en la oración por mons. Giussani, llamado de este mundo al Padre para recibir la corona de gloria reservada a cuantos han trabajado aquí en la tierra para el advenimiento de Su Reino.
Card. Salvatore De Giorgi, arzobispo de Palermo

Recibida noticia del doloroso tránsito de monseñor Giussani, la Iglesia de Bolonia con su Arzobispo eleva una oración de sufragio unida a todo el movimiento de Comunión y Liberación. Agradece a Cristo por haber donado a su Iglesia un testigo transparente de su significado para el hombre.
Carlo Caffarra, arzobispo de Bolonia

Su forma creativa de inspirar a los laicos para vivir una vida rica de espiritualidad es una prueba de su misma espiritualidad. Era un hombre de Dios enérgico y apasionado que ha sabido inspirar a innumerables personas en todo el mundo. Su presencia será añorada por todos aquellos que se dirigían afectuosamente a él como “don Giussani”.
Mons. Celestino Migliore, nuncio apostólico, observador permanente de la Santa Sede en la ONU

Enterado de la partida de don Giussani a la Casa del Cielo me uno a la familia de Comunión y Liberación con mis oraciones y sufragios por su alma seguro de que el Padre Celestial, a quien tanto amaba, ya lo habrá recibido en su eterna morada. Encomiendo los abundantes frutos apostólicos que vendrán como premio a su fidelidad y amor a la Iglesia y al Santo Padre.
Card. Juan Luis Cipriani Thorne, arzobispo de Lima

Querido Julián: Acabo de recibir la noticia de la muerte de D. Giussani. Doy gracias al Señor con todas mis fuerzas por el don de una vida cumplida y llena de la fecundidad de Cristo. Junto a él, en su palabra y en sus gestos, la presencia viva de Cristo y su cercanía se hacían patentes y llenas de atractivo. D. Giussani nos ha enseñado un método de acceder a la fe católica y de crecer en ella en el que Cristo se manifiesta como supremamente significativo para el yo y para la realidad entera. Él nos ha introducido en un modo de vivir la vida cristiana que revela cómo la plenitud –la liberación– se da de hecho, y como experiencia vivida, en la comunión de la Iglesia. En el momento de la historia que vivimos, aquellos a quienes el Señor nos ha hecho la gracia de conocer a D. Giussani nunca agradeceremos bastante el don de su paternidad y de su magisterio. No tengo duda de que el Señor, en su misericordia, le ha acogido y abrazado en la sala del banquete del cielo, y le ha dado la recompensa de los siervos fieles: contemplar, más allá de los signos y los velos, la infinita belleza del rostro amado, tan claramente anhelado siempre. Ahora nos corresponde a quienes hemos recibido esa gracia vivirla y proponerla al mundo con más gratitud y responsabilidad que nunca. Nuestra madre la Virgen María no nos abandonará en esta tarea.
Mons. Francisco Javier Martínez Fernández, arzobispo de Granada

En Cristo, estimados hermanos. Auque sabía de la gravedad del estado de salud de Monseñor Luigi Giussani, la noticia de su fallecimiento no me ha dejado de conmover. Me uno a ustedes y a todo el movimiento Comunión y Liberación en un profundo agradecimiento a la Santísima Trinidad por el inmenso don que don Giussani ha significado para la renovación de la Iglesia en nuestro tiempo. Comparto también el dolor por esta partida. Conociendo el afecto filial que anima a los seguidores de este gran sacerdote, imploro para todos, por la intercesión de la Santísima Virgen, el consuelo de la esperanza cristiana. Ciertamente la herencia del fundador de Comunión y Liberación es un gran regalo a la Iglesia, Esposa de Cristo, en la primavera carismática que acompaña y proyecta el acontecimiento pentecostal del Concilio Vaticano II. Don Giussani fue un instrumento dócil del Paráclito vivificador del Cuerpo de Cristo. En su vida, en su enseñanza, la gran tradición de la Iglesia cobró una vivicidad gozosa y misionera. Vivió su vocación de Iglesia con una “autenticidad existencial e histórica”, notas estas que según su SS. Juan Pablo II caracterizan lo genuino de la eclesialidad de los movimientos de renovación. Él quiso mostrar una pedagogía, un método, un camino hacia la meta que es la santidad como triunfo de Cristo en la historia. En ello llegó a ser un maestro excelente y persuasivo. Su amor a la Iglesia y su lealtad filial al Sumo Pontífice fueron ejemplares. Procuró la comunión, no sólo al interior de su Familia espiritual, sino de ésta con los movimientos y las otras comunidades eclesiales. Su penetración del patrimonio de la fe encarna a lo largo de 2000 años de pensamiento cristiano, lo supo verter en categorías y palabras adecuadas y sugerentes para que la Iglesia dialogue fecundamente con las culturas contemporáneas y resplandezca como sacramento e instrumento de evangelización del mundo. De modo particular agradezco al Señor la siembra sacerdotal que Monseñor Luigi Giussani entregó cuando visitó los países de América Latina y mi propia Arquidiócesis de Santiago de Chile. En gratuidad, por intercesión de la Madre de la Iglesia, pido a Jesucristo “centro del cosmos y de la historia... que desvela plenamente el hombre al hombre”, que ahora su siervo y apóstol goce de la plenitud de la gloria. Ruego también que Comunión y Liberación viva una “fidelidad creadora” a su fundador dando abundantes frutos en la nueva Evangelización.
Card. Francisco Javier Errázuriz Ossa, arzobispo de Santiago, Chile

Querido Julián: Te envió estas líneas para expresarte mi profunda unión, en estos momentos de dolor, y al mismo tiempo de segura esperanza, por la muerte de don Giussani. Transmite a todo el Consejo de Presidencia de la Fraternidad de Comunión y Liberación que estoy muy unido a todos, en el dolor por la separación del ser tan querido, y también en la esperanza cristiana de la vida eterna, que brota de Cristo resucitado, vencedor del pecado y de la muerte. Aquí está ciertamente, la fuente inagotable del consuelo, y de la fortaleza, en el camino de los que aún peregrinamos en la tierra hacia la Casa del Padre. Unido a toda la gran Familia de Comunión y Liberación en la oración por el eterno descanso de don Giussani y en la acción de gracias al Señor por el don de su vida para toda la Iglesia, recibe un saludo cordial. Con todo mi afecto y bendición.
Card. Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid

En este momento tan triste para el movimiento, deseo compartir el dolor por la muerte de don Giussani, cuya paternidad y enseñanza han marcado y marcan mi vida y mi servicio eclesial como la de muchísimos otros. La oración que hoy dirijo a Cristo el Señor para que le acoja en Su presencia y le sostenga con la luz de Su Rostro Santo, se transformará para don Giussani, estoy seguro de ello, en la paz verdadera y perpetua del abrazo divino y en bendición para todos aquellos que, conmovidos por don Giussani y por su carisma, seguirán colaborando con él en la edificación de una Casa (la Iglesia) para Aquel que ha creado todo y que ha puesto su morada en medio de nosotros.
Mons. Francesco Follo, observador permanente de la Santa Sede en la UNESCO

Rev. Padre Julián: Recibida la triste noticia de la desaparición de mons. Luigi Giussani, deseo expresarle mis más sinceras condolencias. Ofrezco sufragios por el eterno descanso del llorado y queridísimo amigo, recordando todas las circunstancias en las que fui testigo de las expresiones de afecto de su gran corazón sacerdotal; y lo haré de manera particular en la Santa Misa, seguro de que el Señor ya habrá premiado su vida de entrega generosa al servicio de la Iglesia y de las almas. Lo cual me lleva a considerar que ahora, como buen Fundador, continuará velando desde el Cielo por Comunión y Liberación y por todo el Pueblo de Dios con eficacia aún mayor. Le pido en particular que interceda ante la Beatísima Trinidad por la persona y la misión del Santo Padre. El recuerdo de la gran simpatía y de la estima fraternal que existía entre don Giussani y el Siervo de Dios mons. Álvaro del Portillo, primer sucesor de san Josemaría, es motivo de vivo agradecimiento e invitación a corresponder con la oración a tantas atenciones. A mis ruegos se unen también las súplicas de los fieles de la Prelatura.
Mons. Javier Echevarría, prelado del Opus Dei

Querido padre Romano: Queremos transmitir, a través de usted, nuestras profundas condolencias a todas las comunidades de Comunión y Liberación. Don Giussani y su obra son ampliamente conocidas en todo el mundo. Ha gozado de la estima no solo de los católicos y de los miembros del movimiento, sino también de muchos ortodoxos y representantes de otras confesiones cristianas. Don Luigi Giussani ha servido a la causa de Cristo con sinceridad y entrega. Ha sabido hacerse escuchar por niños, jóvenes y también por personas adultas. Ha buscado constantemente utilizar nuevos métodos de trabajo con los miembros de su movimiento, pero ha sabido también hablar con la sociedad laica, tratando de infundir en hombres lejanos de la Iglesia la sed por la búsqueda de la verdad y de valores auténticamente morales. Nos han conmovido sus libros y sus proyectos, que hemos tenido el placer de conocer. Los colaboradores de nuestro “Centro cristiano para la educación” y los colaboradores y los estudiantes de nuestro Instituto superior de Teología están contentos de tener como partner al movimiento de Comunión y Liberación y de poder colaborar con los representantes de Luigi Giussani en algunos proyectos. Lo que hemos conocido del movimiento de Luigi Giussani nos confirma que él fue verdaderamente un soldado de Cristo, aceptó el desafío de nuestra compleja época que ha puesto a los cristianos ante una elección difícil. Estamos seguros de que su obra, gracias a vosotros, continuará floreciendo para la gloria del Señor entre un número cada vez mayor de personas, incluidos también aquellos que esperan encontrarse con Cristo.
Grigorij Dogvijallo, vicepresidente del Centro cristiano para la educación “Cirilo y Metodio”

Querido padre Romano: Nos hemos entristecido por la noticia de la muerte de don Luigi Giussani. Las obras luminosas de su vida testimonian la ascesis de un verdadero cristiano, vivida según el sabio consejo del rey David: «Confía en el Señor y haz el bien, habita su tierra y practica la lealtad» (Sal 36,3). Unido a vosotros pedimos al Señor por la paz de su alma. Estamos convencidos de que todas sus obras en nombre de Dios no se perderán, y continuarán gracias a vuestra ayuda y a la ayuda de todos los miembros de Comunión y Liberación. Con profunda estima.
Metropolita Filaret de Minsk y Sluck, Exarca Patriarcal de toda Bielorrusia

Queridos amigos en el Señor: Esta tarde, al volver a mi despacho después de celebrar el funeral por la madre de su Excelencia, el reverendísimo Nicholas Di Marzio, obispo de Brooklyn, he recibido la noticia de la muerte de don Giussani, el carismático fundador de Comunión y Liberación. El extraordinario servicio prestado por don Giussani a la Iglesia universal es reconocido en todo el mundo. Su presencia y su ejemplo sacerdotal serán largamente añorados. Aunque no puedo estar con vosotros en la misa de esta tarde por un compromiso previo, estad seguros de que ofreceré la misa de mañana por el descanso del alma de don Giussani.
Card. Edward Egan, arzobispo de Nueva York

Muy querido Carras y familia de Comunión y Liberación: En estos momentos de amor y dolor os enviamos estas sencillas líneas para haceros llegar todo nuestro cariño, cercanía espiritual y oraciones. No hacen falta muchas palabras... como nosotras también somos hijas, entendemos y nos identificamos con vosotros de manera muy especial. Más allá de la soledad que humanamente podemos sentir, creemos que lo mejor que podemos decir es: “¡felicidades!”. Felicidades porque tenéis un padre santo en el cielo. Felicidades porque sois los hijos fieles que le habéis acompañado y ayudado a llevar su cruz en la vida, y estáis dispuestos a tomar el pendón ahora que él ya no está con nosotros. Felicidades porque sois la corona del querido Luigi: la cosecha hermosa de frutos que hoy él está presentando al Padre celestial, en las mismas puertas del Paraíso. Sabéis que no os quedáis solos. Podéis sentiros como los discípulos, huérfanos cuando veían a Jesús ascender a los cielos. Sin embargo, la presencia de vuestro fundador – como la de Cristo entre los apóstoles – continúa entre vosotros, que buscáis ser una prolongación de su vida. Y, junto a vosotros, está y os acompaña toda la Iglesia, que necesita de vuestra fidelidad al carisma que el Espíritu Santo os ha regalado para enriquecerla. Mucho ánimo en vuestra etapa histórica que estáis inaugurando como movimiento. Es la hora de los cofundadores. Os aseguramos todo nuestro afecto y oraciones.
Maleny Medina, Movimiento Regnum Christi

Muy estimado [Jesús Carrascosa] en Cristo, Jesús: He recibido con profunda tristeza la noticia de la muerte del querido mons. Luigi Giussani, y deseo expresar, a través de estas sencillas líneas, mis sentimientos de pésame a ti y todos los miembros del Movimiento Comunión y Liberación. Elevo a Dios mis fervientes oraciones de sufragio para que el Señor lo tenga en el gozo eterno, al que todos aspiramos con cristiana esperanza. Don Giussani nos deja el ejemplo de una vida entregada totalmente a Cristo y a las almas en la relación fiel de su vocación sacerdotal y de fundador. Y no sólo está ya gozando del premio merecido por la benemérita obra que puso en pie para el servicio de la Iglesia, sino también desde el cielo cuidará de ella con su particular eficacia. Comunión y Liberación ha dado y está dando muchos frutos apostólicos y de santidad cristiana, que ahora sin duda veremos multiplicarse, como cumplimiento de la ley evangélica del grano que caído en tierra muere para tener mucho fruto. Renovándote mi sincero aprecio y estima, quedo tuyo afmo. s.s. en Jesucristo,
Marcial Marciel, L. C.

Muy estimado en el Señor [ Julián Carrón]: He recibido la noticia del tránsito de don Luigi Giussani, fundador del Movimiento Comunión y Liberación, acaecido el día de hoy 22 de febrero de 2005 en Milán. Ante todo me detengo en observar la fineza de Dios Amor que ha convocado a don Giussani a su Presencia un día como hoy, en que celebramos la fiesta de la Cátedra de San Pedro. Son signos de la misericordia de Dios que debemos retener en nuestro espíritu abierto a la esperanza. Deseo hacerle llegar a usted y a todos los miembros de Comunión y Liberación el testimonio de mi profunda solidaridad y amistad cristiana, y de modo especial mis oraciones al Altísimo para que tenga cerca de sí a don Giussani en la participación plena de la Comunión Divina de Amor. Ha sido para mí un alto privilegio el haber podido contar con la amistad de don Giussani. En particular está vivo en mi memoria el intenso compartir con él en un último encuentro en su residencia de Milán. Fue una ocasión de intensa vivencia eclesial, de gratos momentos de diálogo y muy honda afinidad. El reconocido amor de don Giussani por la Iglesia, del que soy testigo, y su vida cristiana permanecerán sin duda como un impulso para todos los miembros de Comunión y Liberación y para todos los hijos e hijas de la Iglesia. Asimismo, numerosos escritos seguirán siendo fuente de inspiración para los cristianos de hoy y de mañana. Su convicción sobre la importancia de la evangelización de la cultura, así como de un anuncio del Evangelio que ayude a superar el hiato entre la persona y vida cristiana, fe y cultura constituye una valiosa herencia para los integrantes de Comunión y Liberación, así como una desafiante tarea que se abre hacia el futuro. En cercana unión de oraciones a nuestra Madre Santísima, Nuestra Señora de la Esperanza, para que interceda siempre por ustedes y les obtenga todo bien, quedo afmo. en el Señor Jesús y Santa María.
Luis Fernando Figari, Superior General de Sodalitium Christianae Vitae

Queridos amigos de Comunión y Liberación: En estas horas de dolor por la muerte de vuestro querido fundador, quiero expresaros mi cercanía y aseguraros mi oración. Al recibir la noticia hemos informado a nuestro Movimiento de Schoenstatt y hemos invitado a todos a unirse a vosotros en la oración. Pidamos para que a pesar del dolor por su pérdida podáis vivir la misma experiencia que nosotros vivimos con la desaparición de nuestro fundador: en Dios no existe separación. En su nueva presencia junto a Dios, vuestro querido fundador y padre estará todavía más cerca de vosotros de cuanto pudo estarlo en vida.
Kornelia Kischer, Movimiento Apostólico de Schoenstatt

Reverendo [Julián Carrón]: Don Giussani ha marcado de tal forma nuestro tiempo, nuestra Iglesia, que a pesar de todo no podemos más que dar gracias a Dios por todo aquello que nos ha dado. Es cierto que para Comunión y Liberación la pérdida de su fundador es un momento difícil de vivir. Por esta razón quiero expresarle a usted, en nombre de toda la Comunidad Emmanuel, nuestra participación y nuestra oración. Le aseguro, reverendo, toda nuestra amistad y nuestra oración por él, pero también por cada uno de los miembros de vuestro hermoso movimiento.
Dominique Vermersch, Comunidad de Emmanuel

De monseñor Giussani guardo un recuerdo que no se borrará jamás. Había tenido una conversación personal con él en Milán, en noviembre de 1998, poco después de aquel encuentro histórico de los movimientos con el Papa en la plaza de San Pedro, la vigilia de Pentecostés de aquel año. Es una de las pocas veces que he tenido la impresión de encontrarme delante de un santo, una santidad conquistada con no pocos sufrimientos. También tuve una fuerte impresión, que he repetido a sus colaboradores: «¡He encontrado un carisma auténtico!». El Papa, en aquella vigilia de Pentecostés, nos había pedido «comunión y compromiso». Por este motivo me había acercado a Milán. Aquel encuentro había sido para todos nosotros, como monseñor Giussani escribiría después también en una carta a su Fraternidad, «el día más grande de nuestra historia». Y añadía: «Se lo he dicho también a Chiara y a Kiko, que estaban a mi lado en la plaza de san Pedro: ¿cómo se puede, en estas ocasiones, no gritar nuestra unidad?». «Nuestra responsabilidad se juega en la unidad, hasta llegar a valorar la mínima cosa buena que existe en el otro». Desde entonces no han faltado las ocasiones para crecer en la conciencia recíproca y en la comunión, personal y como movimiento, en Italia y en otros países. Permanece en mi corazón una inmensa gratitud por su vida gastada sin reservas al servicio de un carisma que ha introducido en la Iglesia una nueva corriente de intensa vida espiritual, abriendo a miles y miles de hombres y mujeres del mundo el encuentro personal con Jesús y suscitando muchas obras concretas en respuesta a las necesidades de nuestro tiempo. Ahora mi oración, nuestra oración no es solo por él, sino por su obra, en la certeza de que producirá nuevos y abundantes frutos del Espíritu.
Chiara Lubich y el movimiento de los Focolares

Habiendo escuchado esta importante noticia: «El Señor ha llamado a don Giussani a su gloria», rezamos por él, para que Nuestro Señor Jesús, ahora que está tan cerca de él en el cielo, llene a Comunión y Liberación de gracias y de bendiciones para ayudar a la Iglesia a evangelizar a los jóvenes del tercer milenio. Pedid por mí,
Francisco Argüello, Carmen Hernández, p. Mario Pezzi

Recibo la triste noticia de la muerte del queridísimo don Giussani mientras me encuentro en la India visitando en Tamil Nadu y Andhra Pradesh a las víctimas del tsunami del pasado 26 de diciembre, que se ha cobrado aquí decenas de miles de muertos. Estoy muy apesadumbrado por la noticia; pienso que con él desaparece una de las personalidades religiosas más significativas de nuestro tiempo. Justamente ayer le envié una postal desde Chennai (Madrás), para decirle que he rezado por él y por Comunión y Liberación en el santuario de la Virgen de Vailankanni, la Lourdes de la India. Pido a Dios, grande y misericordioso, que acoja a don Giussani en los pastos eternos del Cielo y que el espíritu del cristianismo militante de este gran sacerdote ambrosiano se difunda entre los católicos de nuestro tiempo. Mis condolencias a todos sus hijos e hijas: tenemos en el Cielo a un gran patrón e intercesor.
Padre Piero Gheddo

La Acción Católica italiana se une estrechamente en oración al movimiento de Comunión y Liberación por la muerte de su fundador monseñor Luigi Giussani. Su figura de sacerdote comprometido con los jóvenes hace de él un testigo fiel de Cristo en la historia de nuestro país y de nuestro tiempo. Agradecidos por su ejemplo encomendamos en la oración su alma a Cristo, el justo, y pedimos a María, madre de todos nosotros, un puesto en su gran corazón. En el recuerdo de don Luigi, la Acción Católica italiana reafirma su voluntad de que la Acción Católica y Comunión y Liberación estén unidos y sean signo visible de una Iglesia en camino, profundamente inmersa en la historia y comprometida en la formación de conciencias cristianas maduras.
Presidencia nacional Acción Católica italiana

El Espíritu Santo ha concedido al queridísimo don Luigi experimentar hasta el fondo las palabras del apóstol Pablo: «Llevamos siempre en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo» (2 Co 4,10). Purificado por el sufrimiento y preparado por ello para el gran abrazo con el Señor, don Luigi lleva hoy a término su anuncio profético sobre la tierra, que tantos nuevos amigos ha obtenido para Jesús, y experimenta en plenitud el cumplimiento del acontecimiento cristiano. Por su seguimiento recibirá la recompensa prometida a los siervos buenos y fieles y su herencia no perecerá. Estamos unidos a vosotros en la oración, de forma especial, mientras nos unimos a la acción de gracias a Dios padre por el don grande que el Espíritu Santo ha suscitado en la Iglesia mediante el testimonio de don Luigi y de todo el movimiento de Comunión y Liberación.
Salvatore Martínez, coordinador nacional de la Renovación Carismática

Al conocer a don Giussani me he encontrado con una persona que con su ejemplo y su obra ha tocado y enriquecido la vida de muchas personas, y también mi vida. El recuerdo de aquel viaje a San Remo, la hora que Jan y yo pasamos con él, el calor de su sonrisa y el tacto de sus manos permanecerán en mí para siempre. Nos ha dejado en herencia un mensaje a la vez sencillo y profundo: vive, ama y obra como si toda la creación dependiese de esto. Y es verdad. Con amor y gratitud,
David Horowitz

Queridos amigos: Os envío mis más sinceras condolencias por la muerte de don Luigi Giussani, de venerable memoria, desde esta morada terrena. «Por sus obras los conoceréis» es el reconocimiento más adecuado para su vida, porque su movimiento de Comunión y Liberación (y sus escritos) ha hecho que gentes de todos los lugares del mundo y de distintas tradiciones sean capaces de encontrar su carisma, y así será también en el futuro. Que podáis continuar su obra y glorificar el nombre del Señor y creador de todos nosotros.
David Rosen, director del
Departamento de Asuntos interreligiosos, The American Jewish Committee

Monseñor Luigi Giussani ha sido un verdadero padre incluso para nosotros, budistas japoneses, desde que vino a Japón para conocernos en 1987. “Ecumenismo” es una de las enseñanzas más bellas de don Giussani. Cada vez que nos hemos encontrado con él, nos ha resultado evidente que la amistad entre cristianos y budistas es un gran don del Misterio. Debemos estarle profundamente agradecidos porque ha llegado a nuestra realidad budista como una persona luminosa, y ha dado un amor y una misericordia infinita a todos, más allá de la raza, de la cultura e incluso de las diferencias religiosas. Por este motivo es verdaderamente un santo cristiano. Nuestra amistad es esperanza para el futuro, y cada uno de nosotros es una pequeña semilla para la felicidad de todos los hombres del mundo. Después de que don Giussani ha entregado toda su vida por Jesucristo, ahora nosotros podemos reconocerlo en el rostro de cada uno de sus hijos de Comunión y Liberación presentes en todo el mundo.
Wakako Saito y toda la familia Saito, budistas de Nagoya, Japón

Muy estimados amigos: La noticia de la muerte de don Giussani, acaecida la madrugada del 22 de febrero llega a nosotros y nos conmueve, y nos estremece. Aun cuando estamos seguros de que está en la Gloria de nuestro Señor, aun cuando permanezcamos en esa misma esperanza que él supo infundir con su vida hecha Magisterio no puede uno escapar del sentimiento doloroso que significa su ausencia. Hoy más que nunca, hoy quizá como siempre, una vida como la de don Giussani es el claro acicate para miles de hombres y mujeres, de todas las edades y de todos los pueblos, que veremos siempre en él el bellísimo ejemplo de una vida consagrada a Dios y a educar en el verdadero afecto por el hombre. En mi hogar, la noche del mismo 22, Blanca, mi esposa mencionaba con sencillez lo que considero como el más cierto significado de don Giussani en nuestras vidas: «A través de él llegó tanta novedad a nuestras vidas, con él hemos aprendido tanto...» Y esto es cierto; a través de él se ha iniciado un “movimiento” que no podrá parar nunca; y este “movimiento” entró en nuestras vidas y nuestras vidas en él. Pedimos por don Giussani, pedimos porque se tenga siempre el coraje de continuar con autenticidad en este camino que él inició. Pedimos por Comunión y Liberación. Pedimos a la Virgen por don Giussani, y para que nos sostenga hoy y siempre.
Juvenal Ñique Ríos y familia

Profundamente conmovido por la desaparición del Ilustre don Luigi Giussani, le presento en nombre propio y del personal de funcionarios de la Embajada de la República del Perú ante la Santa Sede el testimonio de nuestro más sentido pesar, confiando en que su ejemplo y protección conduzcan a Comunión y Liberación al pleno logro de sus propósitos en bien de las sociedades de los países en que desarrollan sus nobles tareas.
José Pablo Morán Val, embajador de la República del Perú ante la Santa Sede

El director, los profesores, el personal y los estudiantes del Liceo Berchet, al llegar a su término la vida de monseñor Luigi Giussani, recuerdan con reconocimiento afectuoso su apasionada e inteligente obra, que vio aquí su inicio, de maestro educador, capaz de valorar cualquier aspecto de lo humano y de indicar a todos, en el uso cordial de la razón, el significado del estudio y de la cultura.
Inocente Pessina, director del Liceo Berchet

Recibo con profundo pesar la noticia de la desaparición de monseñor Luigi Giussani, figura de primer plano en el testimonio de la fe, en el compromiso civil y educativo y en la promoción de una comunidad de creyentes inspirada en los más profundos valores cristianos. El fuerte carisma que lo animaba ha reunido generaciones enteras de creyentes en un compromiso coral dirigido a la edificación de una sociedad más atenta a los valores cristianos, a la expresión de una religiosidad que invade, más allá de la esfera espiritual, la vida cotidiana, la excelencia en las profesiones, el ejemplo en la propia conducta. Me uno a vuestro gran dolor por la irreparable pérdida de un hombre que, durante más de cincuenta años, ha sido una guía, un maestro para vuestra asociación, para toda la comunidad católica.
Antonio Fazio, gobernador del Banco de Italia

Rev. Padre: He recibido con dolor la noticia de la desaparición de “nuestro queridísimo” don Giussani y deseo hacerle llegar a usted y a todos los miembros de Comunión y Liberación mi participación y afecto amistoso por esta gran pérdida. Recuerdo todavía con conmoción el honor y el placer de una comida compartida con él hace algunos años, y este recuerdo me acompañará confortándome en el futuro. Le aseguro oraciones de sufragio por su alma al tiempo que pido al Señor Jesús que le reciba en la luz y en la paz de la bienaventuranza.
Joaquín Navarro-Valls, Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede

He percibido de manera simbólica la presencia activa y apasionada de una delegación de la CdO en Tierra Santa justo en el momento de la desaparición de don Giussani.
El símbolo de la CdO está hecho de círculos que no se cierran, expandiéndose cada vez más, de forma positiva y envolvente. Durante un instante, sin embargo, la mañana del 22 de febrero, en Jerusalén, viendo las lágrimas en los ojos de algunos amigos con los que había trabajado intensamente hasta hacía un momento, tuve la visión de otro círculo, también este positivo, pero que se cerraba esta vez, volviendo al origen.
Se cerraba justamente en el lugar en el que nos encontrábamos. Era otro círculo, ideal e histórico, con dos milenios de longitud, que había partido de Tierra Santa y que se cerraba ahora a través de vuestra presencia en la misma Tierra Santa. También esta realidad ha dejado don Giussani, a través de vosotros y de nosotros, ahora compañeros de camino. Una realidad que se ha vuelto a unir en el lugar en el que todo comenzó para todos nosotros. Nos paramos un momento; un círculo se había cerrado esa vez. Después abrimos el círculo siguiente y seguimos trabajando; confrontándonos con la realidad y viviéndola. Un abrazo.
Jonathan Sierra, CdO Jerusalén

He recibido la triste noticia de que el maestro don Giussani nos ha dejado eternamente. He recordado que hace 18 años nos encontramos por primera vez. Creo que el maestro don Giussani ha entrado ya en el reino de Dios. Ahora la vida del maestro don Giussani ha tomado una forma eterna y se ha convertido en un ser sin límites y así vivirá siempre entre nosotros. Me apena no poder ir a darle mi último adiós, pero incluiremos nuestros pensamientos por don Giussani en nuestras oraciones desde el lejano Koyasan.
Habukawa Shodo, secretario general de la Escuela Budista Shingon del monte Koya

Desgraciadamente no tuve ocasión de conocerle, por distintos motivos, pero tenía y tengo una gran admiración por él. Ahora don Giussani se encuentra “cara a cara” con Aquel a quien él mismo dio a conocer a muchísimos jóvenes, adultos... ofreciéndose a sí mismo hasta el último instante de su vida. Me hubiera gustado estar presente en sus funerales, pero he preferido rezar por él y por todos aquellos que seguirán llevando adelante su obra para mayor gloria de Nuestro Señor Jesucristo. La Virgen María sostendrá a todos aquellos que lloran su desaparición, y don Giussani continuará ayudándoos a todos vosotros desde el cielo dándoos la fuerza necesaria para seguir viviendo el Evangelio de forma concreta, como él hizo.
Margherita Coletta

Muere con don Giussani una de las figuras más grandes y originales del compromiso social de los católicos. Un hombre de gran fe y religiosidad, atento a captar todos los signos de las transformaciones sociales y económicas del país, con una mirada siempre dirigida a las generaciones jóvenes. Estoy convencido de que la fuerza de su enseñanza y de su trabajo seguirá siendo referencia para el movimiento fundado por él y para todas las personas, creyentes y no creyentes, que saben reconocer los valores comunes del compromiso hacia los demás, sobre todo los últimos, y entienden la vida como una búsqueda incesante hacia el bien y la justicia. Le hago llegar a usted y a la familia de Comunión y Liberación mi pésame y el de la CGIL.
Guglielmo Epifani, secretario general de la CGIL

Embargados por el dolor por la desaparición de don Giussani y agradecidos a él por los incomparables dones de su enseñanza, nos unimos en la oración para que siga guiándonos.
Massimo y Jolanda Caprara

Sentidas condolencias por la desaparición de don Luigi Giussani, figura importante en la promoción de los valores y que tanto ha aportado a la juventud italiana de cualquier credo.
Jóvenes Musulmanes de Italia, Sección de Milán

Bendito sea Dios, el juez justo.
Jo Weiler, Nueva York

Queridos Alberto, Giorgio, y queridos amigos todos de CL: Un hombre verdaderamente grande se ha ido. Pero pienso que, liberado de su cuerpo mortal, será todavía más potente. Monseñor Giussani, en el breve periodo en que le he conocido a él y a su obra, ha cambiado mi juicio sobre las posibilidades humanas. Me ha hecho creer que era posible llegar a esos jóvenes desilusionados por el Judaísmo –con la condición de saber cómo hablarles y cómo llegarles a través de la verdad–. Hay poco que decir en este momento, y uno no puede más que sentirse como Moisés, incapaz de hablar. Os ruego –el movimiento es demasiado importante– que no se debiliten su fuerza y su carisma por el hecho de que monseñor Giussani nos haya dejado. Honrémosle, y convirtámonos en personas todavía con mayor autoridad, y mantengamos viva la enseñanza de este hombre maravilloso. Y os pido: ¡decidme cómo puedo ayudaros! Os bendigo a todos. Bi-shalom.
Rabino Michael Shevack

He recibido con profunda tristeza la noticia de la desaparición de don Luigi Giussani, una de las más eminentes personalidades de nuestra historia reciente. Perdemos con él a un hombre afable, fuerte y valeroso, que ha reivindicado constantemente con la claridad y la fuerza de sus acciones, incluso en tiempos difíciles, el valor del mensaje evangélico y el compromiso en la sociedad en nombre del primado de la dignidad y de la libertad de la persona humana. A la rigidez de las ideologías don Giussani ha contrapuesto la fuerza de los ideales. A la multitud de jóvenes que ha seguido su testimonio apasionado y fecundo les ha dejado una herencia preciosa y una certeza: encontrar el camino que conduce al bien común no es fácil, pero no es imposible; lo que importa es afrontar el camino serenamente, a través de la ética exigente del compromiso y del servicio cotidiano y de la disposición constante al diálogo y la relación con la diversidad. Todo el país queda ligado hoy a la enseñanza de rigor y de seriedad de don Giussani con una deuda de reconocimiento que no será fácil extinguir.
Pier Ferdinando Casini, presidente de la Cámara de los diputados

La desaparición de don Giussani es un dolor, una pérdida para todos sus chicos y para todos aquellos que han creído en él. Pero su enseñanza ha sido tan importante que permanecerá y marcará la actividad de todos aquellos que han tenido el gusto y la fortuna de conocerle, de frecuentarle y de escucharle. Era una persona extraordinaria, de quien siempre me he sentido muy cercano. Una persona de fe profunda, arrolladora, que me ha comprometido y me compromete en el trabajo que hago.
Silvio Berlusconi, presidente del Consejo de Ministros

La noticia de la desaparición de don Luigi Giussani me ha impresionado profundamente. Extraordinario hombre de fe y de cultura, ha dedicado su existencia a la formación de las nuevas generaciones, obrando sobre todo en el movimiento de Comunión y Liberación fundado por él hace cincuenta años. Con su acción generosa ha contribuido a promover el recorrido de maduración social y humana de muchos jóvenes que han reconocido en él su guía espiritual. «Apasionaos cada vez más con el misterio del hombre»: esta es la exhortación que resume su mensaje ideal, una lección de vida que debe seguir inspirando el compromiso común de instituciones y ciudadanos a la hora de afrontar los desafíos de la sociedad del futuro. A los familiares y a todos aquellos que se han inspirado en su noble testimonio llegue la expresión de mi pésame conmovido y partícipe.
Carlo Azeglio Ciampi, presidente de la República

Un maestro de fe y espiritualidad que ha educado a generaciones de jóvenes en el compromiso social y civil.
Piero Fassino

El pensamiento y el compromiso de profesor y de sacerdote de monseñor Luigi Giussani vive ahora en las numerosas obras educativas que representan una riqueza para nuestro sistema escolar y para todo el país. Mis más sentidas condolencias.
Letizia Moratti, ministra de Educación pública, Universidad e Investigación

Al recibir la dolorosa noticia de la desaparición de su querido hermano don Luigi Giussani, maestro de vida cristiana, le expreso mis más sinceros sentimientos de profundo pésame y mi conmovida participación en este gran luto.
Giuseppe Pisanu, ministro del Interior

Querido padre Carrón: Quiero expresarle a usted y a todos los seguidores del movimiento de Comunión y Liberación mi participación en el luto que os ha sorprendido por la pérdida de un padre. Don Giussani ha sido en verdad un sacerdote para los jóvenes y un testigo de la identidad cristiana. Él ha sabido transmitir el entusiasmo de la fe a muchas generaciones de jóvenes, tanto en la forma del testimonio espiritual como en la forma de las obras sociales y civiles. Ha recordado con firmeza a todos que la fe no soporta instrumentalizaciones; ha propuesto dentro del catolicismo formas nuevas de cultura comunitaria. Recordando de nuevo los sentimientos de profunda humanidad que don Luigi expresaba en sus encuentros, os expreso mi cercanía en este momento de profundo dolor. Con amistad.
Romano Prodi

La desaparición de don Giussani me entristece y me acerca aun más a ti y a todos sus alumnos y discípulos. Hemos perdido con don Giussani a un personaje que ha cambiado la historia y que os ha dado a vosotros, pero también a cada uno de nosotros, un gran mensaje de fe transmitido a la vida de todos los días. Os expreso a ti y a todos los demás amigos mi cercanía con un fuerte abrazo.
Girolamo Sirchia, ministro de Sanidad

Con don Luigi Giussani desaparece una gran personalidad, un protagonista de nuestro tiempo. Él ha sabido unir tensión espiritual y participación activa en la vida de nuestro país convirtiéndose en punto de referencia para muchos jóvenes y muchos italianos. En este día triste me siento cercano al dolor de sus allegados y de todo Comunión y Liberación.
Massimo D’Alema

Con sincera participación por la partida de don Giussani, gran comunicador de la fe y de la caridad, hombre y sacerdote de altísimas cualidades espirituales generosamente compartidas en la concreción de la acción, envío sentidas y profundas condolencias.
Oded Ben-Hur, embajador de Israel en la Santa Sede

Querido padre Julián: Don Luigi Giussani deja un vacío imposible de colmar entre los que le siguieron y amaron, no sólo en Italia sino en sesenta y tres países del mundo que él ha alcanzado con su misión pastoral mediante el movimiento de Comunión y Liberación, y con ello su propia alma. El Señor nos ha otorgado el don de la vida de don Giussani, que nos enseñó a conocer y a amar a Jesús profunda y totalmente. Ayudó a multitud de jóvenes en el mundo entero a descubrir el Cristianismo y a tender la mano a Dios para afirmar la vida y la eternidad. Nos unimos a todos vosotros en este momento tan difícil para aquellos que siempre le han seguido como padre espiritual, y os transmitimos en nombre de tantos argentinos y de esta Representación diplomática las más sinceras condolencias, pidiendo humildemente al Señor para que le reciba en su Reino para el eterno descanso de su maravillosa alma.
Carlos Luis Fuster, embajador de la Argentina ante la Santa Sede

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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