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Huellas N.11, Diciembre 2004

IGLESIA Rusia Cristiana

Ortodoxos y católicos. Historia de un encuentro

Giovanna Parravicini

A finales de octubre se celebró en Seriate un congreso internacional en el que participó, entre otros, el metropolita Filaret, exarca patriarcal de Bielorrusia. Sobre la mesa, un proyecto editorial para la difusión en Rusia de textos sobre el pensamiento teológico cristiano del siglo XX

En el congreso internacional promovido anualmente por la Fundación Russia Cristiana en su sede de Seriate, se quiso plantear en primer lugar el tema del «encuentro» entre Oriente y Occidente. Un encuentro no sólo revivido en el examen de asuntos y concepciones teológicas del pasado, sino actualizado también en el presente a través de la colaboración con la Comisión Teológica Sinodal del Patriarcado de Moscú, que participaba en categoría de co-organizador. El título del congreso, que se desarrolló los días 30 y 31 de octubre, era “La teología ortodoxa y Occidente en el siglo XX. Historia de un encuentro”.

El encuentro entre las dos guerras...
En 1924, hace exactamente ochenta años, la comunidad rusa establecida en París después de la revolución de octubre empezaba a dar los primeros pasos que le permitirían dotarse de uno de los centros teológicos más famosos en la historia del siglo XX: el Instituto de Teología Ortodoxa San Sergio, forja de teólogos (no sólo rusos), de obispos y de pensadores cristianos. La empresa aparecía como algo gigantesco, si se piensa en el difícil contexto histórico europeo en el que nacía el proyecto, pero sobre todo por la pobreza en la que vivía la mayor parte de los emigrados, obligados a abandonar su país por la revolución y a arreglarse como podían, trabajando de camareros y taxistas para mantenerse (cualquiera que hubiese sido su profesión anterior). La fundación del Instituto San Sergio atestigua que parte de los emigrados rusos sintió el éxodo forzado no simplemente como una catástrofe, sino como una especie de misión espiritual en Occidente: de aquí la decisión de dotarse de un instrumento esencial para la conservación de una tradición religiosa que en su patria encontraba tremendas dificultades impuestas por el nuevo régimen pero también, y sobre todo, la de forjar un instrumento para el desarrollo creador de aquella tradición y para un encuentro fecundo con Occidente. No existe hoy disciplina teológica o aspecto de la cultura cristiana que no haya gozado en alguna medida de las contribuciones innovadoras y siempre estimulantes de los pensadores reunidos en torno al Instituto San Sergio. Por otro lado, estos pensadores pudieron llegar a sus síntesis justamente por un diálogo continuo y por un profundo intercambio con sus colegas occidentales.

... y un encuentro que vuelve a empezar ahora.
Hoy en día la Iglesia ortodoxa rusa percibe nuevamente la necesidad de esta experiencia. Lo afirmaba recientemente el invitado de honor del congreso de Seriate, el metropolita Filaret, exarca patriarcal de Bielorrusia y presidente de la Comisión Teológica Sinodal del Patriarcado de Moscú, en su ponencia en el Concilio de los Obispos de la Iglesia ortodoxa rusa, que tuvo lugar a comienzos de octubre: «El renacimiento y el pleno desarrollo de las tradiciones teológicas será imposible si nuestros teólogos no conocen ampliamente la evolución y los frutos del pensamiento cristiano del siglo pasado». El congreso de Seriate se inserta precisamente en esta perspectiva, dentro de la que la Comisión Teológica Sinodal del Patriarcado de Moscú (en colaboración, entre otros, con la Fundación Rusia Cristiana) se ha comprometido a editar una «biblioteca fundamental de textos teológicos del siglo XX», que va a llevarse a cabo, como ha precisado Filaret, «en colaboración con centros teológicos y científicos del extranjero». Un proyecto editorial (presentado en Roma el 4 de noviembre en el Centro Internacional de Comunión y Liberación), que tiene que ver con «obras de autores ortodoxos y de otras confesiones... que ofrezcan al lector ruso la posibilidad de conocer la historia del pensamiento teológico cristiano del siglo XX».
El congreso de Seriate ha querido desarrollar, gracias a la presencia de expertos de nivel internacional ortodoxos y de otras confesiones, los principales temas afrontados en el contexto de la primera mitad del siglo XX comparando las figuras más significativas del mundo ortodoxo con las elaboraciones culturales paralelas de ámbito occidental. Para eso ha contado con la participación del metropolita Filaret y de otros estudiosos rusos; representantes de la ortodoxia parisina como Nikolaj Losskij; el estudioso anglicano Paul Valliere, de la Butler University, Indiana; Javier Martínez, arzobispo de Granada; Agostino Marchetto, secretario del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes; Ljubomirak, profesor de la Universidad Lateranense, y Adriano Dell’Asta, profesor de la Universidad Católica de Milán.

Comunión entre hombres
Es muy significativo el juicio sobre el congreso que el día siguiente el metropolita Filaret expresó al cardenal Angelo Scola: «No se ha tratado de un diálogo entre Oriente y Occidente, sino de una experiencia de comunión entre hombres que compartían el mismo acontecimiento de la presencia de Cristo, y que desde el interior de esta experiencia común ponían en común sus propias y múltiples tradiciones».
Mientras que por lo general los congresos están dedicados a uno u otro aspecto de los problemas teológicos, aquí se había puesto sobre la mesa el hecho mismo del “encuentro”, en el que se incluyeron tanto los aspectos meramente científico-doctrinales como la experiencia de la vida en Cristo, que funda y ofrece una perspectiva al estudio y a la búsqueda de soluciones a los puntos controvertidos de diálogo.
Una ocasión privilegiada, por tanto, para reconstruir una historia de gran interés científico, para volver a proponer en términos actuales la relación entre culturas distintas y la cuestión de una integración que pueda resultar no una pérdida de la identidad o una imposición de ella, y muy especialmente por la posibilidad de un enriquecimiento recíproco. Por encima de todo, hemos podido experimentar la unidad. Una experiencia que hay que reconocer en los hermanos y venerar como expresión de la presencia viva de Cristo, más poderosa que todas las barreras humanas impuestas por el pecado humano.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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