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Huellas N.10, Noviembre 2009

BREVES

Ensayos de subsidiariedad

Giorgio Vittadini*

Marie Therèse crea la Cooperativa Karibu para acoger a mujeres
refugiadas como ella


Una prófuga de la guerra civil de Ruanda entrega su vida para que otras mujeres puedan recuperar la esperanza y tener un futuro

Si nos atenemos a lo que dicen los periódicos y a las declaraciones de algunos políticos el debate sobre inmigración puede parecer que se reduzca a dos tipos de consideraciones igualmente ideológicas: las de quienes querrían expulsar a todos los inmigrantes a sus países de origen, y las de quienes no se preocupan por el valor que las diferentes identidades humanas y culturales tienen sobre las personas concretas y sobre la entera convivencia civil. Es triste que los innumerables ejemplos de acogida pasen desapercibidos. Son mucha las experiencias que han nacido de la apertura a estos inmigrantes y de la capacidad de compartir con ellos los problemas y la responsabilidad que exigen. De entre todas ellas, me parece especialmente significativa la que tiene lugar en Sezze y Roccagorga, dos pueblos escondidos en las montañas de la provincia de Latina. Aquí vive y trabaja Marie Therèse, una prófuga de la guerra civil de Ruanda que, no contenta con haberse salvado arribando al fin a las costas italianas, ha querido entregar su vida para que otras mujeres, menos afortunadas que ella, puedan recuperar la esperanza y tener futuro. Por eso fundó Karibu, una cooperativa social que, desde 1996 hasta 2004, ha acogido a mujeres refugiadas o que están tramitando sus permisos de residencia. En 2004 comenzó una relación estable con el Ministerio de Interior que reconoció la cooperativa como lugar preferente para ofrecer acogimiento, ayuda y formación a mujeres y niños refugiados procedentes de África. En Karibu se acogen a chicas y niños enfermos física y psicológicamente que tienen que superar traumas horribles para poder volver a una vida normal. Aquí se les ofrece alojamiento, asistencia legal y todas las ayudas necesarias. A las muchas mujeres que acuden al centro con niños pequeños se les ayuda a hacerse cargo de ellos y a educarlos incluso en estas condiciones tan precarias. Las mujeres de Karibu asisten a clases de italiano y se preparan para integrarse en el mundo del trabajo a través de actividades formativas. Algunas de ellas han obtenido el título de Secundaria.
Un día el hijo de Marie Therèse conoció a los chicos de CL en la universidad y, enterándose de la existencia de la Compañía de las Obras, se lo comentó a su madre. Los amigos de la CdO fueron a visitarla y, admirados por el gran carisma de esa mujer y por su talento educativo, quisieron comprender de dónde le venía. La respuesta fue «de la fe en Jesucristo». En la relación con las personas de su cooperativa Marie Therèse muestra un amor grande y, a la vez, una determinación enérgica a la hora de organizar todo para que sus chicas crezcan y sean cada vez más conscientes de su propia dignidad y aprendan a caminar por sí mismas. La noticia empieza a difundirse y el grupo de amigos que va a visitar a Marie Therèse y a sus amigos de Karibu crece. Muchos se implican gratuitamente ofreciendo cursos de formación; un empresario les regala un cargamento de pañales; otro establece un contacto con un cirujano que se ofrece para operar gratuitamente; otras cooperativas crean proyectos comunes. Otros se ocupan de montar la exposición sobre san Benito que vieron en el Meeting. Marie Therèse se queda impresionadísima. Desde entonces no deja de decirles a todos: «”Con nuestras manos pero con Tu fuerza”. Somos poca cosa, pero todo lo podemos en Aquel que nos conforta».

*Presidente de la Fundación para la Subsidiariedad

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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